Siempre nos preguntamos y ¿Por qué orar? si Dios Omnipotente sabe lo que le diremos, dice el salmo 138 “aun no tengo la palabra en mi boca y tu Señor ya la conoces…” ¿Qué sabiduría tan grande verdad?, y respondo a tu pregunta: porque debemos de ser agradecidos con Él, ya que no se aparta de nosotros, está en nosotros ya que si se apartara un momento de mi, callera desplomado hecho polvo. Ahora te pregunto ¿Eres digno de su presencia? ¿Eres digno de que te ponga todos los medios que existen para que te salves?
Debemos ser conscientes de Dios y de su vital importancia en nuestras vidas. Dice San Alfonso María de Ligorio “Quien ora se salva ciertamente, quien no ora se condena ciertamente” .
Pero debo aclarar un punto quien necesita orar a Dios somos nosotros, Dios no necesita de nuestra oración ni de nuestras plegarias y rezos, Él ya tiene una multitud de ángeles y querubines que le alaban en todo momento, así que no necesita de nuestras plegarias.
La oración es un don de la gracia y una respuesta decidida por nuestra parte. Supone siempre un esfuerzo. La oración es un combate. ¿Contra quién? Contra nosotros mismos y contra las astucias del Tentador que hace todo lo posible por separar al hombre de la oración, de la unión con su Dios. “Se ora como se vive, porque se vive como se ora.” (CEC 2725). |